Los perros son los mejores amigos del hombre, y como tal, queremos que estén felices y saludables. Pero ¿cómo podemos saber si nuestro perro es feliz? A veces, nos gustaría que pudieran hablar y decirnos cómo se sienten, pero la realidad es que los perros tienen su propio lenguaje, que no siempre es fácil de entender. Por eso, en este artículo, te voy a enseñar algunos trucos para descifrar el lenguaje canino y saber si tu perro te sonríe, te quiere o te necesita. Además, te daré algunos consejos para mejorar su bienestar y su felicidad. Y por si fuera poco, te hablaré de la importancia de contar con un adiestrador canino profesional que te ayude a educar a tu perro de forma positiva y respetuosa.
La cola: el termómetro de las emociones
La cola es una de las partes más importantes del lenguaje canino, ya que nos muestra el estado de ánimo y la intención de nuestro perro. Seguro que has visto a tu perro mover la cola cuando te ve llegar a casa, o cuando le ofreces un premio o un juguete. Esto significa que tu perro está contento y quiere interactuar contigo. Pero ¿sabías que no todos los movimientos de cola indican felicidad? Hay que fijarse también en la velocidad, la amplitud y la dirección del movimiento. Por ejemplo, si la cola se mueve muy rápido y amplio, significa que tu perro está muy emocionado y entusiasmado. Si se mueve en círculos o en forma de hélice, significa que tu perro está extasiado y feliz. Pero si la cola se mueve muy despacio o está rígida y tensa, puede significar que tu perro está nervioso, asustado o agresivo. Y si la cola está metida entre las patas, significa que tu perro está sometido o asustado.
Las orejas: las antenas del interés
Las orejas también nos pueden dar pistas sobre el estado emocional de nuestro perro. Un perro feliz suele tener las orejas relajadas y en una posición natural, sin estar ni muy levantadas ni muy pegadas a la cabeza. Esto indica que el perro está tranquilo y receptivo. Si las orejas están hacia adelante y alerta, puede significar que el perro está interesado o curioso por algo. Esto suele pasar cuando le hablamos o le mostramos algo nuevo. Si las orejas están hacia atrás y pegadas a la cabeza, puede indicar que el perro está asustado, nervioso o sumiso. Esto suele pasar cuando el perro se siente amenazado o intimidado por algo o alguien.
Los ojos: el espejo del alma
Los ojos son el espejo del alma, y en el caso de los perros, también nos pueden revelar su estado de ánimo. Un perro feliz suele tener los ojos relajados y abiertos, sin mostrar mucha parte blanca ni estar muy entrecerrados. Esto indica que el perro está cómodo y confiado. También puede parpadear con frecuencia, lo que es una señal de afecto y amistad. Si el perro nos mira fijamente a los ojos durante unos segundos, puede ser una muestra de confianza y conexión. Esto suele pasar cuando tenemos una buena relación con nuestro perro y le damos cariño o atención. Sin embargo, hay que tener cuidado con las miradas sostenidas demasiado tiempo, ya que pueden ser una señal de desafío o amenaza. Esto suele pasar cuando el perro no confía en nosotros o quiere imponer su dominio. Si los ojos están muy abiertos y muestran mucha parte blanca, puede significar que el perro está asustado o sorprendido. Esto suele pasar cuando el perro se enfrenta a algo inesperado o peligroso. Si los ojos están muy entrecerrados o cerrados, puede indicar que el perro está dolorido o incómodo. Esto suele pasar cuando el perro tiene alguna enfermedad o lesión.
La boca: la expresión de los sentimientos
La boca también nos puede ayudar a saber si nuestro perro es feliz o no. Un perro feliz suele tener la boca relajada y entreabierta, sin mostrar los dientes ni babear demasiado. Esto indica que el perro está relajado y satisfecho. También puede bostezar con frecuencia, lo que es una señal de calma y tranquilidad. Si el perro nos lame la cara o las manos, puede ser una muestra de cariño y sumisión. Esto suele pasar cuando el perro nos quiere demostrar su afecto o su respeto. Si el perro sonríe mostrando los dientes superiores e inferiores, puede ser una señal de felicidad y confianza. Esto suele pasar cuando el perro se siente seguro y cómodo con nosotros o con el entorno. Pero cuidado, no hay que confundir esta sonrisa con el gesto de amenaza o agresión, en el que el perro muestra los dientes superiores e inferiores pero también frunce el hocico y arruga la nariz. Esto suele pasar cuando el perro quiere advertirnos o atacarnos.
El cuerpo: el lenguaje de la acción
El cuerpo de nuestro perro también nos puede indicar si está feliz o no. Un perro feliz suele tener el cuerpo relajado y flexible, sin estar ni muy rígido ni muy encogido. Esto indica que el perro está cómodo y seguro. También puede saltar, correr, jugar y rodar por el suelo, lo que significa que está alegre y divertido. Esto suele pasar cuando el perro tiene ganas de jugar o de explorar. Si el perro se acerca a nosotros con el cuerpo inclinado hacia delante y las patas delanteras extendidas, puede ser una invitación al juego o a la interacción. Esto suele pasar cuando el perro quiere llamar nuestra atención o divertirse con nosotros. Si el perro se tumba boca arriba y nos muestra el vientre, puede ser una señal de confianza y sumisión. Esto suele pasar cuando el perro quiere que le acariciemos o le mimemos. Si el cuerpo está rígido y tenso, o se encoge y se aleja de nosotros, puede significar que el perro está nervioso, asustado o agresivo. Esto suele pasar cuando el perro se siente amenazado o intimidado por algo o alguien.
Las vocalizaciones: la voz del corazón
Las vocalizaciones de nuestro perro también nos pueden dar información sobre su estado de ánimo. Un perro feliz suele emitir sonidos como ladridos, gruñidos, gemidos o aullidos, que pueden tener diferentes significados según el contexto y el tono. Por ejemplo, un ladrido agudo y corto puede indicar que el perro está contento y quiere llamar nuestra atención o invitarnos al juego. Un gruñido bajo y prolongado puede indicar que el perro está satisfecho y relajado. Un gemido suave y melódico puede indicar que el perro está alegre y emocionado. Un aullido alto y largo puede indicar que el perro está feliz y comunicativo. Pero hay que tener en cuenta que no todos los sonidos indican felicidad. Si el ladrido es grave, puede significar que el perro está enfadado o asustado. Si el gruñido es alto y corto, puede significar que el perro está amenazando o atacando. Si el gemido es fuerte y agudo, puede significar que el perro está dolorido o asustado. Si el aullido es bajo y corto, puede significar que el perro está triste o solitario.
¿Cómo hacer feliz a tu perro?
Ahora que ya sabes cómo interpretar el lenguaje canino y saber si tu perro es feliz, te preguntarás qué puedes hacer para mejorar su bienestar y su felicidad. Pues bien, hay algunas cosas que puedes hacer para que tu perro se sienta feliz y satisfecho con su vida. Aquí te dejo algunos consejos:
- Dale una alimentación adecuada y equilibrada, que cubra sus necesidades nutricionales y le aporte energía y salud.
- Dale agua fresca y limpia a su disposición, para que se mantenga hidratado y evite problemas de salud.
- Dale un espacio cómodo y seguro donde pueda descansar y dormir, que sea limpio, seco y protegido del frío y del calor.
- Dale una rutina diaria de paseos y ejercicio, que le permita gastar su energía, explorar su entorno y socializar con otros perros y personas.
- Dale juguetes y juegos interactivos, que estimulen su mente, su creatividad y su diversión.
- Dale atención y cariño, que le hagan sentir querido, respetado y valorado.
- Dale educación y normas, que le ayuden a entender lo que se espera de él y a comportarse de forma adecuada.
- Dale premios y refuerzos positivos, que le motiven a aprender y a mejorar su conducta.
- Dale seguridad y confianza, que le hagan sentir protegido y apoyado.
- Dale salud y prevención, que le eviten enfermedades y problemas físicos o mentales.
¿Por qué es importante contar con un adiestrador canino profesional?
Como has visto, los perros son animales muy inteligentes y sensibles, que necesitan una buena educación para ser felices. Sin embargo, educar a un perro no es una tarea fácil, ya que requiere de conocimientos, paciencia y constancia. Por eso, es importante contar con la ayuda de un adiestrador canino profesional, que te pueda orientar y asesorar sobre cómo educar a tu perro de forma positiva y respetuosa.
Un adiestrador canino profesional es un experto en el comportamiento y el aprendizaje de los perros, que sabe cómo comunicarse con ellos y cómo enseñarles lo que queremos que hagan. Un adiestrador canino profesional utiliza métodos basados en el refuerzo positivo, que consisten en premiar al perro cuando hace algo bien, en lugar de castigarlo cuando hace algo mal. De esta forma, se consigue que el perro aprenda de forma rápida, eficaz y divertida, sin causarle estrés ni miedo.
Un adiestrador canino profesional puede ayudarte a resolver problemas de conducta como ladridos excesivos, ansiedad por separación, agresividad, miedos o fobias. También puede enseñarte a enseñarle órdenes básicas como sentarse, tumbarse, venir o quedarse quieto. Además, puede ofrecerte actividades como agility, obediencia o terapia asistida con animales, que pueden mejorar la relación entre tú y tu perro.
Si quieres contar con un adiestrador canino profesional en tu zona, puedes buscarlo en internet o preguntar en tu veterinario o en tu tienda de mascotas. Eso sí, asegúrate de que sea un profesional cualificado y certificado, que utilice métodos respetuosos con los animales y que tenga buenas referencias.
Conclusión
Los perros son los mejores amigos del hombre, pero también tienen su propio lenguaje y sus propias emociones. Por eso, es importante saber interpretar el lenguaje canino y saber si nuestro perro es feliz. Para ello, hay que fijarse en su cola, sus orejas, sus ojos, su boca, su cuerpo y sus vocalizaciones. También hay que hacer todo lo posible para mejorar su bienestar y su felicidad. Y por último, hay que contar con la ayuda de un adiestrador canino profesional, que nos pueda orientar y asesorar sobre cómo educar a nuestro perro de forma positiva y respetuosa. 🐶